El Zenit reforzó su liderato en el Grupo H de la Liga de Campeones al derrotar con muchas más dificultades de las esperadas al Gante (2-1) con un decisivo Hulk, que fabricó los dos goles de su equipo.
Con este resultado, más la victoria lograda hace dos semanas en Valencia (2-3), los rusos suman ya seis puntos y certifican su mejor arranque en la máxima competición continental, aunque su juego dejó mucho que desear. Ante los fallos garrafales de las últimas semanas, el técnico local, el portugués André Villas Boas, decidió dejar en el banquillo al portero internacional Lodiguin, cambio solicitado a gritos tanto por la prensa como por los aficionados, y le dio una oportunidad al joven Kerzhakov.
Le costó a los rusos abrir la lata, ya que el campeón belga no vino a la antigua capital zarista a defender, sino que trenzó jugadas de peligro desde el pitido inicial, aunque le faltó remate. Dzyuba, el jugador de moda en Rusia, tuvo el primer gol en sus botas a los 18 minutos tras una buena combinación del equipo local, pero su remate al borde del área pequeña tras un centro de Smólnikov salió desviado. El portugués Danny lo intentó una y otra vez, pero la estrella local, Hulk, pareció menos fresco físicamente que en el partido de Mestalla. No en vano fue duda hasta el último momento debido a unas molestias.
Hulk asume galones
Su compatriota Rafinha le persiguió por todo el campo y le impidió tanto marcharse en velocidad, como armar su temible disparo, el principal arma ofensiva del equipo patrocinado por Gazprom. De todas formas, el brasileño fue de nuevo decisivo al recibir un balón adelantado, deshacerse de su marcador con una pequeña carga reglamentaria y picar el balón al corazón del área para que el gigante Dzyuba marcara de un espléndido remate de cabeza. (min.35).
A partir de entonces, los rusos parecieron apostar por el contraataque, mientras que los belgas no se rindieron y continuaron siendo fieles a su apuesta atrevida de fútbol total, aunque les siguió faltando maldad. Como ocurrió ya en otras ocasiones, el Zenit pecó de conservador y, en vez de buscar un segundo gol, se encerró en su propio campo esperando un fallo de la zaga visitante. Los belgas aprovecharon los espacios y así, tras una jugada de Kums, que se adentró en el área sin apenas oposición, Mattom marcó el gol del empate llegando solo al segundo palo (min.56).
Durante varios minutos los visitantes parecieron tomar la iniciativa en el centro del campo y hacerse con el control del juego, pero en ese momento reapareció Hulk. Recibió el balón en el centro del campo, donde le vigilaban varios futbolistas belgas, se escabulló de sus marcadores por velocidad y, cuando parecía que iba a disparar desde el borde del área grande, dio un magnífico pase adelantado a Shátov. El ruso encaró al portero belga y pico el balón a su salida, anotando el segundo gol de la victoria (min. 67) y desatando la locura en las abarratodas gradas del estadio Petrovski.
Sin apenas merecerlo, los rusos se adelantaron de nuevo en el marcador, un golpe demasiado duro que casi noqueó a los belgas, aunque estos aún pusieron el corazón en un puño de los aficionados locales con varias jugadas de peligro. Hulk también pudo redondear la noche con un gol, pero el portero belga se lo impidió con dos buenas paradas, una de ellas tras un tremendo disparo de falta directa marca de la casa (min. 88).
Los rusos, que juegan la próxima jornada en Lyon, tienen ahora una gran oportunidad de clasificarse por segunda vez en su historia para los octavos de final de la Champions.
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